Mensaje interno de Génova para responder sobre Ayuso: «Hablar de los problemas de los españoles»
Génova intenta pasar página de la convulsión interna por el congreso del PP de Madrid. El posado de Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, tras mes y medio sin contacto público, no ha servido para zanjar de una vez por todas el ruido por la presidencia regional. El temor real que se ha instalado desde hace semanas es que ese ruido empañe la labor de oposición a Pedro Sánchez y complique el imparable camino de Pablo Casado a La Moncloa. La dirección nacional asume que, en cada acto, tendrá que responder a preguntas sobre la presidenta madrileña. Más aún ahora, en plena campaña de Navidad, cuando la presencia pública se multiplica por distintos eventos y citas festivas. Por eso, el argumentario es claro: «Hay que hablar de los problemas de los españoles» y no de las cuestiones internas. El mensaje circula ya por los móviles de los dirigentes populares en un nuevo intento de «echar agua» a la crisis, como suelen decir en Génova. Lo importante, destacan en la cúpula de Casado, es centrarse en el trabajo de partido para responder, como alternativa, al malestar social contra el Gobierno.
El mensaje bebe de las mismas palabras que el secretario general, Teodoro García Egea, lanzó el jueves desde Algemesí (Valencia). El número dos de Casado afirmó que el partido debía «estar centrado en resolver los problemas de la gente y en hacer frente a la nefasta política del presidente» del Gobierno Pedro Sánchez. «Son los dos únicos problemas que deben preocupar a los militantes y cargos públicos del PP», señaló Egea.
Labor de oposición
La estrategia de Casado, como ya publicó este periódico, es desplegar una intensa actividad en los próximos meses, apoyando a los sectores perjudicados por las políticas de Sánchez y sus socios.
Esa labor de oposición se desarrollará en varios frentes: en el Congreso de los Diputados, rebatiendo por medio de iniciativas -proposiciones de ley y no de ley- las medidas de Sánchez; en la calle, apoyando y participando en las movilizaciones de los colectivos afectados por la crisis económica y social y, finalmente, manteniendo reuniones sectoriales para ir vertebrando el programa de Gobierno. Es la respuesta del principal partido de la oposición a lo que ya han dado en llamar el «tsunami social» de Pedro Sánchez. La idea, explican desde Génova, es «sectorializar» el trabajo de oposición, para lo que el presidente de los populares se ha rodeado de un nutrido equipo de colaboradores, especializados en distintos ámbitos temáticos, y dando un especial protagonismo a la economía. Casado mantiene un canal abierto de contacto con la élite empresarial, bancaria y económica para escuchar sus propuestas e inquietudes.
Como muestra, el PP ha desplegado, en los últimos tiempos, varias potentes alternativas a la gestión del Ejecutivo, como su propuesta para bajar hasta un 20% la factura de la luz a los españoles. También se han enfrentado a la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que dejará desprotegidos a Policía y Guardia Civil o a la llamada «memoria democrática» planteando su propia Ley de Concordia para reivindicar el legado de la Transición.
En Génova aseguran que la relación entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso es más distendida que lo que se percibió durante la conversación que ambos mantuvieron el miércoles, a la vista de los medios, en la presentación del libro de Mariano Rajoy. El líder del PP y la presidenta madrileña charlaron durante aproximadamente un minuto, tras un posado en el photocall, y el ambiente fue de cierta frialdad, quizás cohibidos por la bruma de periodistas y cámaras sólo pendientes del momento. Desde la dirección nacional se asegura que ambos se mostraron más relajados cuando se sabían a salvo de los focos.
Ambos tendrán ocasión de dar normalidad a su relación el próximo lunes, durante los actos de celebración de la Constitución en el Congreso de los Diputados. Este viernes, Casado no pudo acudir al homenaje a la Carta Magna organizado por el Gobierno regional en la Real Casa de Correos por encontrarse de viaje en Grecia y Chipre. En su lugar, tampoco acudió García Egea. Una ausencia que fue especialmente comentada y que fuentes de Génova disculparon en su «agenda de partido»: atención a medios y un encuentro privado con cuadros políticos.
En la dirección se confía en que la situación vuelva poco a poco a la normalidad, aunque ello no evita que las diferencias de fondo sobre el congreso persistan. En la cúpula popular defienden que debe celebrarse entre mayo o junio y se remiten al acuerdo de la junta directiva nacional. En Sol insisten en que se adelante para poner a punto el partido de cara a las elecciones autonómicas y locales de 2023.
Otra cuestión es quién debe ocupar la presidencia. Ayuso se siente avalada por los resultados electorales y el ejemplo de otras comunidades autónomas, donde el presidente autonómico lidera también el partido. En Génova se limitan a expresar que «al congreso se presentará quien quiera», lo que mantiene abierta la puerta a las candidaturas alternativas, como la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que no se ha descartado públicamente.